Uno de los temas en que la biomímesis ha tenido un gran eco es en la arquitectura, básicamente desde la imitación de las formas de la naturaleza. Estas muchas veces se traducen en procesos y sistemas que de la misma forma emulan a los sistemas vivos. Recientemente la universidad de Freiburg ha diseñado un “caparazón” inspirado en los conos de las plantas con el objetivo de demostrar como las construcciones modernas pueden tener una menor huella de carbono. Utilizando también el principio biomimético del uso de procesos de baja energía, la estructura ha sido equipado con fibras de madera que permiten el aislamiento térmico, como también su localizacion ha sido designada para maximizar el tiempo que permanece al sol.
Es un verdadero gusto observar como los principios de la naturaleza son puestos en acción. El sistema que permite proveer sombras utiliza el proceso mediante el cual las plantas coníferas abren y cierran sus conos. En total, 424 elementos conforman este sistema en el caso de el diseño arquitectónico, todos hechos de biomateriales. Este sistema permite ser responsivo al clima, ya que permite graduar la canitdad de calor que entra o sale de la sala interior. De la misma forma, el piso esta activado térmicamente a través de losas de concreto reciclado que proveen un excelente control térmico durante el invierno. La forma externa a su vez ha sido inspirada por el esqueleto en forma de placas de los erizos de mar.
El diseño realizado en Alemania consume un 50% menos de material y tiene un 63% menos de potencial de calentamiento global comparado a una construcción convencional de madera.
Fuente: Designboom